Moscú está unido a sus ciudades satélite por una red de trenes de cercanías. Son trenes austeros, con asientos hechos para durar, no para ser cómodos y suelen desplazar unos quince vagones.
Es costumbre no pagar el billete, cuando se acerca el revisor los morosos se alejan de él hasta la puerta de salida y, dado que el tren hace continuas paradas, les da tiempo a escapar al siguiente vagón. Una vez el revisor ha pasado al siguiente vagón, los morosos aprovechan la siguiente parada y vuelven a su vagón de origen donde, oportunamente, antes de irse dejaron el asiento reservado posando un papelito, un mechero, una agenda... y que a nadie se le ocurra tocarla porque te montan un escándalo. El otro día me divertí mucho observando desde un andén cómo los morosos bajaban a toda prisa y el tren les cerraba las puertas dejándolos fuera, era realmente cómico verlos golpear las puertas para entrar -muchos de ellos dejan dentro sus mochilas y maletines reservando asiento-, yo creo que el maquinista lo hizo a propósito para que sufrieran, aunque finalmente les abrió (yo no lo habría hecho)
En las horas punta mañaneras, cuando es seguro que hay revisores en el tren, calculo que la morosidad alcanza a un 40 por ciento del pasaje, escandaloso. Pero no es nada comparado a lo que vi esta tarde cuando regresaba de Moscú en un tren medio vacío ya que no era hora punta. Contra todo pronóstico aparecieron los revisores (van en pareja) y se escapó del vagón... ¡el 90 por ciento del pasaje! señoras aparentemente "finas" con sus hijas adolescentes, hombres trajeados... la crema de la crema del tren. Normal que los trenes sean rústicos, aún así deben de ser una ruina.
Subir a un tren en hora punta es semejante a disputar una carrera de F1. Los competidores nos situamos en el andén, nerviosos, vigilándonos unos a otros, los treinta rivales que competimos en cada puerta por subir a un vagón somos conscientes de que tendremos que luchar enconadamente para alcanzar la gloria, uno de los cuatro asientos que aún quedan libres .
Cuando atisbamos el tren en la distancia intentamos situarnos lo mejor posible para entrar en el momento en que abran las puertas. Hay trucos, por ejemplo, en Elektrougli, si te pones debajo de la escalera del andén te parará el vagón 12 que es el que suele ir más vacío. Luego has de elegir bien el punto exacto en que te situas para que te coincida la puerta lo más cerca posible, recordemos que los cuatro primeros que entren en el vagón, luego de subir las escaleras y torcer hacia la zona de asientos, alcanzarán la gloria... si los que entran por la otra puerta del vagón no la alcanzan antes.
Por fin para el tren y todos corremos hacia las puertas... la clasificación está finalizada, estamos en la parrilla de salida esperando con tensión a que el semáforo se ponga en verde, es decir, a que abran las puertas. Ser de los cuatro primeros no te garantiza la gloria, pues hay adelantamientos... ¡y cómo se adelanta! pero si estás de la posición 9 hacia atrás olvídate de la gloria, nunca la alcanzarás.
Algunas veces he tenido la suerte de calificar entre los primeros... pero siempre me han adelantado en la salida. Mira que intento tapar huecos, miro a mi derecha, a mi izquierda, observo a mis rivales y los estudio, me acerco lo máximo posible al rival de delante para que no se me metan en medio... pero en cuanto abren las puertas y el pelotón arranca ya se me han colado cuatro mujeres y yo me quedo mirándome el cuerpo con cara de bobo buscando los agujeros por los que se han metido... las mujeres rusas caben por donde no cabe un ratón.
Una vez llegas al vagón, derrotado, eres consciente de que has de ir de pie... pero aún tienes oportunidades. Hay estaciones en las que baja gente, y si estaba sentada (lo que es bastante usual ya que los sentados suelen venir de estaciones más lejanas y muchos trabajan en ciudades diferentes a Moscú) dejará tras de sí un asiento libre. Aquí también hay ciencia pues una vez en el vagón la gente sí respeta la cercanía y el asiento lo ocupará el que esté más cerca. Esto lleva a elegir bien el sitio en el que irás de pie, oteas a los grupos de sentados e intentas adivinar los que no trabajan en Moscú, por mi experiencia son una buena apuesta los que tienen pinta de brutos, gente de profesiones manuales que probablemente trabajan en la construcción en ciudades diferentes a Moscú, éstos se suelen bajar antes... es una buena pista si llevan cerveza y comida y se la reparten entre ellos, indica que son una cuadrilla. Yo no me fío de los que tienen pinta de urbanitas, me parece que todos van a Moscú y sin embargo, muchas veces me he equivocado con ellos, supongo que tengo mucho que aprender aún en el arte de alcanzar la gloria en el tren.
Lo peor es que estamos en temporada baja, agosto, según parece mucha gente no va a trabajar porque está de vacaciones, veremos que pasa a partir de septiembre cuando, según me ha contado Masha, hay veces que no entras en el tren ni para ir de pie... ¡uf!
¡Ánimo, Fran "Willians"! Ti desarrolla a estratexia que xa chegará o gran premio.
ResponderEliminarje! sintome como o novo piloto de Ferrari, demasiado vello (¿ou bello?) pra competir :P
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