lunes, 31 de agosto de 2009
El tren II
Un ejemplo de ruso indignado lo vi el otro día en el tren, al pobre hombre le querían hacer pagar el billete y por sus gestos y tono de voz hacia el policía -puño en alto y cabeza erguida gritaba con firmeza mirándolo a la cara- (desgraciadamente, debido a mi pobre manejo del idioma, no llegué a entender muy bien lo que decía) quedaba claro que por semejante afrenta no pasaba... no sé cómo acabaría el asunto porque yo me fui, pero el policía lo tenía difícil.
Para el ruso no pagar en el tren es un derecho fundamental y la lucha por defenderlo va más allá de los vagones. Al entrar y salir de la estación hay unos tornos que sólo se abren con el billete -la escena arriba contada era en los tornos de entrada- y es habitual al abrir el torno sentir que se te cuelga un camarada a tus espaldas y que pasa contigo el torno... un ruso digno.
A mí me pasó varias veces, la primera me llevé un susto porque no me di cuenta y cuando empujé el torno éste se quedó a mitad de camino, atascado. Por más que empujaba aquello no andaba hasta que finalmente, por puro instinto, miré hacia atrás y me encontré a una señora entrada en carnes atascadá en el torno detrás de mí... para algunos defender la dignidad es un deporte de riesgo.
La segunda vez fue otra señora que no paró de repetir "porfavorporfavorporfavor..." hasta que acabó la maniobra, pero de ofrecerse a pagar medio billete ni mu.
Debo ser un canalla, porque en vez de sentirme orgulloso por ayudar al digno a defender su libertad, me sentí un pardillo al que toman el pelo, necesito tomar lecciones de moral.
jueves, 27 de agosto de 2009
El transporte público. Capítulo I, el tren
Moscú está unido a sus ciudades satélite por una red de trenes de cercanías. Son trenes austeros, con asientos hechos para durar, no para ser cómodos y suelen desplazar unos quince vagones.
miércoles, 26 de agosto de 2009
Las bolsas Carrefour
Pero los rusos van más allá y le han encontrado toda suerte de utilidades a estas bolsas. Así tenemos la bolsa de Carrefour modelo "bolso de señorita", es decir, muchas chicas llevan estas bolsas por la ciudad a modo de ese pesado saco de secretos que los hombres solemos observar con curiosidad y asombro. Aún no me ha tocado ver a ninguna señorita sacar de su personalísima bolsa Carrefour el estuche de maquillaje en el metro y arreglarse... pero no me sorprendería verlo cualquier día.
Los hombres usan los modelo "bolso de hombre" y "mochila", ambos utilísimos para cubrir todo tipo de necesidades de un macho urbanita, es decir, el bocadillo, la botella de cerveza o Pepsi, un libro para leer en el metro etc.
Hasta tal punto llega la pasión de este pueblo por dicho accesorio que en una feria de exposiciones militar a la que acudí el domingo los expositores regalaban ¿llaveros, pins?... no no, bolsas de plástico, eso sí, preciosamente decoradas con su publicidad ¡je!
Luego hay otro modelo de bolsa de plástico mucho más evolucionado. Suele ser más grande, del tamaño de una bolsa de deportes y de un plástico fino tipo mantel de restaurante barato y, a diferencia del diseño tipo saco de la bolsa Carrefour, esta tiene un diseño tipo bolsa de deportes, con los contornos reforzados y una cremallera en la parte superior... esto es el sumun del transporte moscovita, porque permite desplazar elementos mucho más pesados que la bolsa Carrefour. La suelen utilizar individuos con un estilo de vida diferente, donde se ven obligados a moverse con elementos pesados y voluminosos.
Las bosas Carrefour de Rusia son de muy mala calidad, a nada que las cargues un poco se rompen por todas las esquinas, y esto me ha dado una idea... dada la gran demanda de este tipo de complemento que hay en Rusia, podría ser interesante montar un negocio de importación de bolsas Carrefour españolas, habrá que hacer cuentas.
viernes, 21 de agosto de 2009
Las mujeres rusas
jeje... ya sé que era el tema más esperado. En rusia hay más mujeres que hombres... y eso se nota. Compiten por conseguir a los pocos hombres que hay, lo que las lleva a ir muy arregladas, con vestiditos ceñidos, zapatos de tacón alto etc, por el contrario, supongo que por pura ley de la oferta y la demanda, los hombres andan bastante desaliñados.
jueves, 20 de agosto de 2009
Cómo conducen los rusos
"Usted saque el carnet y nosotros le enseñamos a conducir", esto es lo que pone un anuncio en una céntrica calle moscovita y resume cómo conducen los rusos, FATAL.
Parece ser que el carnet de conducir, más o menos, se compra. Así que se ponen al volante de inmensos tanques, perdón, todoterrenos, sin saber muy bien qué es todo aquello y como todos están en la misma situación suponen que eso es conducir.
No saben aparcar, así que se ven formaciones de coches que parecen abandonados por doquier, sin orden ni sentido y, por supuesto, todas las aceras son aparcamientos, más anchas más ancho se aparca el coche.
Peatones y automóviles compartimos el asfalto entre mutua comprensión y resignación (recordemos que las aceras son para aparcar) aunque, ante un desacuerdo, el más chulo, osea el más grande, osea el tanque, siempre lleva las de ganar y siempre gana, así que hay que andarse al loro.
Las mujeres son una raza aparte porque, además de tener las mismas nociones de conducir que los hombres, aparentemente confunden esos tanques con salones de belleza donde hay un montón de espejos para retocarse, puedes sentarte cómodamente a hablar por el móvil y ese bicho mágico te desplaza a donde quieres (imagino que pensarán que lo guía la mano de Dios)... desgraciadamente con frecuencia esa mano divina que lo guía no es tan infalible como cabría suponer por su divinidad con consecuencias muy negativas... digamos atropellos, choques etc.
Valga como ejemplo mi experiencia de ayer cuando regresaba yo del instituto Cervantes compartiendo el asfalto con los coches cuando atisbé parado delante de mí a un BMW con el motor en marcha habitado por una rubia hablando por teléfono... lo cierto es que tuve algo de miedo. El BMW estaba en posición de incorporarse al tráfico, así que por prudencia me salí de la carretera y decidí sortearlo por la parte de atrás, por si acaso. Cuando estaba en esas lides, ya sintiéndome a salvo por mi inteligente decisión, sentí un cachetazo en el culo que me hizo dar un brinco del susto... vuelta la cabeza descubro que nuestra querida rubia se puso a dar marcha atrás sabe Dios para qué porque aquello no tenía ningún sentido golpeándome con la parte de atrás de su bicho sin ni siquiera darse cuenta. Imagino que confundió la marcha y no pensó que los espejos del tocador sirven también para ayudar a la mano divina a conducir el BMW. Sentí deseos de cantarle las cuarenta pero imaginé que entre mi precario ruso y su precario... ¿cerebro? sería una pérdida de tiempo intentar hacerle entender el agravio, tendría que empezar explicando la naturaleza poco divina de su juguete y no andaba yo con tanta paciencia.
La moraleja de hoy, queridos lectores, es que esto no es la selva, pero cuidadín con los elefantes...
miércoles, 19 de agosto de 2009
¡Feliz cumpleaños Katya!
Esta tarde he estado en la fiesta de cumpleaños de Katya (la mejor amiga de Masha). Básicamente fue como un cumpleaños de España... salvo que en vez de CocaCola, se bebía vodka con la comida.
martes, 18 de agosto de 2009
Haya paz...
lunes, 17 de agosto de 2009
Lunes lunes...
Un lunes en rusia. A las 8:30 (6:30 hora de Viveiro... muchos de mis conocidos aún no se habrán ido a dormir) cojo el tren a Moscú, a las 10:00 visita al ginecólogo (no penseis mal, mentes sucias, no hay farruquiño a la vista). Cumplimentada la cita, visita a la tienda de juguetes (insisto, no penseis mal, mentes sucias). Luego a comer en el mismo centro comercial, menú del día por 4 euros.
Por la tarde visita al KGB (no penseis mal, mentes sucias...), tras lo cual, y para celebrar que he podido salir enterito del edificio, relax en una cafetería tomando una cerveza fresquita.
Regreso en tren a Electrougli y reposo... amén
Una de desventuras
Ayer me fui a coger setas al bosque, la idea era sencilla, salir de allí con algo para comer, pero lo cierto es que salí comido. En rusia hay charcas en los bosques, son muy húmedos, y en las charcas mosquitos que, por lo que se ve, están muertos de hambre.
Esta mañana estaba algo preocupado por la policía porque, si ya tengo pinta de caucásico, ahora parezco salido de una pelea barriobajera, con un puño totalmente hinchado al más puro estilo boxeador sin guantes (dos picotazos de mosquito se encargaron de maquillármelo de esa guisa) y, por si hubiera alguna duda, un ojo certificando que en la pelea también yo recibí... amén de un chichon fruto de otro picotazo, pero éste, afortunadamente, se disimula con el pelo. Total, que andaba yo hoy mui desconfiado por Moscú y no jugué al hombre invisible con la policía, como otras veces... Curiosamente, en lugar de caucásico, me confundieron con un italiano ¡ay! la cosa nostra...
sábado, 15 de agosto de 2009
De mi aventura con las fuerzas del orden
Desde que llegué aquí comprobé con orgullo y agrado que soy, o era, un hombre invisible para las fuerzas de la ley, me gusta pasearme por delante de ellos, muy ufano, comprobando que me ignoran completamente, ni me miran, ni, por supuesto, me piden papeles... cuando estoy en un sitio delicado como una estación de trenes casi me deleito comprobando mi invisibilidad.
Por otro lado, me he dado cuenta que me parezco a los caucásicos, una suerte de inmigrantes mal vistos aquí por sus costumbres delictivas y mafiosas. Era sólo cuestión de tiempo que me trajera complicaciones.
Anteayer regresaba a casa tras bajar a hacer la compra cuando un grupo de inmigrantes, éstos no caucásicos, creo que de la República de Kadjakistan, muy buenos obreros de la construcción y muy trabajadores, salió de las obras del edificio en el que vivo y se puso a caminar justo delante de mí a unos pocos metros. Reflexionando iba sobre nuestro parecido físico pues también eran morenos y de pelo negro, cuando se cruzó delante de ellos un coche de una patrulla policial y los interceptó estilo peli americana, todo un espectáculo digno del apresamiento de una gran banda de mafiosos... para pedir cuentas a unos pobres sinpapeles. La poli les pidió los papeles... y a pesar de que yo iba un poco alejado, muy a mi pesar, también entré en el saco.
Esta vez el pasaporte y el "isvinitse, ya nié gavorú parrusqui" sí funcionó ya que nada más oírlo (supongo que el acento no sonaría muy de Kadjakistan) el poli perdió todo interés en mí y volví a ser el -otrora jactancioso- hombre invisible... pero ahora con el orgullo herido, ya que por lo que parece puedo ser confundido con un pobre sin papeles.
Moraleja... no salgais de casa sin papeles, confiados turistas... sobre todo si no hablais ruso, lo podríais pasar mal.
El microbotellón
lunes, 10 de agosto de 2009
Ya he hecho amigos
El primero fue un capitán del ejército ruso que me abordó en la puerta de una tienda y me hablaba y me hablaba y me hablaba... finalmente me extendió la mano y yo se la apreté y el me devolvió el apretón muy cordialmente. Luego me enteré por Masha que había servido en turmenistán (tal vez me confundiera con un nativo de esas tierras hmmm), que me estaba pidiendo cinco rublos y que iba ya por la tercera botella de vodka... debería aprender ruso pronto.
La segunda fue una ancianita que se sentó a mi lado en un banco y más de lo mismo, hablaba y hablaba y hablaba... le intenté decir que yo no hablo ruso pero ella debió de pensar que con que la escuchara era suficiente, porque siguió inmisericorde... yo no sabía muy bien que hacer pues no contestar parecía de mala educación así que desvié la mirada hacia el paisaje y, de reojo intentaba observar su reacción, pero ella no me quitaba ojo de encima y si movía la cara hacia ella volvía a hablar y a hablar y a hablar... tal vez no deba aprender ruso.
El tercero y el cuarto fueron un par de niños de unos seis años, uno llevaba una bici enorme, incluso para mí y se montó en ella gracias a una valla a la que se pudo subir, se puso uno a cada lado y empezaron a hablarme... más de lo mismo, "que yo no hablo ruso", estos eran más listos, uno se cayó de la bici y yo le ayudé a montar de nuevo, y el otro empezó a interrogarme sobre mi procedencia (no me digais cómo lo adiviné porque ni yo mismo lo sé), cuando le dije "spanish" contestó "ahhhh! spanski!" y otra vez la retaila de frases de las que yo no entendía ni mú, pero el crío se sentía envalentonado, tal vez porque le supe contestar mi origen y así siguió hasta que nuestros caminos se separaron... tal vez ya sé hablar ruso.
En resumen, los "Elektrouglieños" son muy curiosos.
En el báltico tenía muchísimo éxito con las rubias, todas me sonreían y me echaban miraditas, lamentablemente eran demasiado jóvenes, pues la mayor de mis pretendientes debía tener tres añitos... pero quedó empiricamente demostrado que los españoles triunfan en Rusia.
domingo, 9 de agosto de 2009
Más curiosidades
jueves, 6 de agosto de 2009
Curiosidades
Aquí las escobas sólo miden un metro de alto, así que hay que agacharse para barrer... lo único útil que le encuentro es que ves mejor el polvo.
Todo el mundo anda descalzo por las casas, hay que descalzarse nada más cruzar la puerta, y está muy mal visto que el suelo del piso esté sucio... la gente lo nota al momento.
Cuando acompañas a una chica, tienes que ponerte siempre a su lado izquierdo y si bajas en el metro en la escalera mecánica debes situarte un escalón por debajo, no al revés.
Hay mucha burocracia y mucha policía, me recuerda a la España de los 80's, los funcionarios parecen militares porque riñen a los clientes, incluso los rusos que trabajan en el consulado español.
También se parece a la España de los 80's en las infraestructuras, carreteras, trenes, calles, orma de edificar... incluso en la mentalidad de la gente que todavía tiene respeto, casi miedo, a la policía por ejemplo.
Los rusos son tramposos, se cuelan en el metro sin pagar, por ejemplo, algunos lo hacen porque ganan poco dinero, pero otros simplemente por falta de respeto a las normas... parecen gallegos.
En los asientos públicos, por ejemplo aeropuertos, vagones de tren... suele haber un montón de sitios libres, pero no te puedes sentar, la gente pone un papelito o cualquier otro detalle y eso significa que está reservado... aunque no aparezca el "dueño" durante media hora. La primera vez que lo vi en el aeropuerto me molestó muchísimo, pero es costumbre.
Los "tramposos" que no pagan billete en el tren, cuando viene el revisor escapan, pero dejan alguna cosa en el asiento para "reservarlo" y que nadie se siente en él y cuando se va el revisor lo vuelven a ocupar... ¡¡y nadie protesta aunque estén de pie al lado del asiento mirándolo con envidia!!
lunes, 3 de agosto de 2009
Elektrougli
Ya en Moscú
He pasado dos semanas cerca de kaliningrado, una especie de Canarias a la rusa, es decir, un territorio fuera de las fronteras con una hora menos que en la capital, rodeado por el mar, Lituania y Polonia y con un clima parecido al de Viveiro estos días, diría que mejor... es decir, turismo de sol y playa entre comillas.
Pero todo lo bueno se acaba y ahora estoy en territorio contintental, como dicen los nativos.
Pronto pondré fotos que corroboran todo esto, creía tenerlas hoy conmigo, pero me equivoqué.