lunes, 5 de octubre de 2009

¡Hoy he visto al presi!

Al de los rusos, no al nuestro... o al menos eso creo.
Todo empezó a la salida del Coffee House, en lugar de encontrarme la marabunta de coches habitual, aparecieron varias patrullas de la policía que, con muy mala leche, cortaban las calles y mandaban a los coches a hacer puñetas... en realidad los desviaban hacia otras direcciones pero parecía lo primero.
Así que allí me encontré yo, en medio de una avenida cortada al tráfico en ambos sentidos y algo desconcertado. Lo primero que pensé fue "¿Dónde estará la bomba?", lo siguiente fue "¿hacia donde corro?" y lo tercero "¿pensarán que la he puesto yo?"
En medio estaba de esas aceleradísimas reflexiones cuando me fijé en que sólo los coches no podían circular, los peatones sí se movían, aunque bastante mosqueados, ignorados por la policía...así que deduje que o la policía rusa era muy cabrona y se quería cepillar del bombazo a los peatones por ser pobres y dar mala imagen o allí no podía haber bomba.
Así que caminé por la calle, bastante mosqueado, esperando que en cualquier momento una de las múltiples patrullas de policías estresados me detuviera... me ignoraron, en este país no valgo ni para terrorista por lo que se ve.
En ésto veo que de una calle transversal se incorpora un ejército de coches negros, primero dos con sirenas encendidas, luego una limousine marca Mercedes, seguida de dos Hummer enormes y todos ellos escoltados por otro montón de coches negros también con sirenas que se acercan a mí... me entraron ganas de estornudar pero me aguanté por si acaso, y ellos, supongo que agradecidos, pasaron de largo y no me dispararon.
Qué había dentro de la limousine es un secreto que no descubrí, pero me gusta imaginar que era el presi de los rusos por eso de poder contar una batallita.
Ciao

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