jueves, 29 de abril de 2010

Primavera en Moscú

Las siete hermanas

Hace tiempo subí al blog la foto de una torre que me recordaba muchísimo a los rascacielos de Gotham City... ahora sé que es una de "las siete hermanas"
En plena guerra fría la URSS competía con los USA en demostrarle al mundo cuál era el más chachi y poderoso de los dos, ambos tenían sus bombas atómicas y sus cohetes espaciales... pero a la URSS le faltaba el glamour que la propaganda yankee había conseguido haciendo de New York la meca del mundo moderno.
Stalin, que por algo se había cambiado su apellido judío por otro que significa algo como "hombre de acero", se propuso darle glamour a su imperio y encargó a sus arquitectos construír rascacielos en Moscú para que los rusos no tuvieran nada que envidiarle al capitalismo. Fruto de este encargo surgieron siete torres gemelas, llamadas "las siete hermanas" y que hoy en día son una puñeta para el turista ya que, si no conoces la historia, como son edificios muy característicos y visibles desde muy lejos, sueles fijar la primera que ves como referente -creyéndola única- de dónde estás y cuando crees que regresas al punto de partida estás caminando hacia la otra punta de Moscú... y esto es mucho caminar.

martes, 27 de abril de 2010

Una de cafés

Tomando un café en un Cofee House una camarera me dejó algo en la mesa, no le presté atención ya que me encnontraba concentrado en internet. Cuando por fin reparé en el objeto descubrí con estupor que era una bandejita con 411 rublos y, tras unos momentos de desconcierto, busqué con la mirada a la camarera para avisarla de que aquello no era mío. Dio la casualidad de que pasaba entonces cerca de mí y la llamé con la bandeja en lamano y un «niet, niet» en la boca. Entonces el estupor fue de ella, pero finalmente comprendió, cogió la bandeja y se la llevó a la chica de la mesa de al lado que miraba a la camarera con gran aflicción. Hablaron largo y tendido y finalmente parecieron reconciliarse.
Algo después la camarera vino a hablar conmigo, dado que no entendía ni papa de su ruso -debía tener acento exótico- desistió. Un rato después volvió a la carga, y esta vez sí entendí que quería algo relacionado con la cuenta, le pregunté por ésta y se le iluminó la cara, la fue a buscar y me la trajo... 89 rublos, tal como esperaba, le di un billete de 100 y me despreocupé contando que, como siempre, volvería con el platito con el cambio continuando mi exploración de internet... Nunca más volvió a la mesa y, ante mi impotencia para reclamar mis 11 rublos acabé yéndome tras dejárselos, muy a mi pesar, de propina.
En resumen, de ganar 411 rublos y un café pasé a perder 11 rublos, va a ser verdad que el cielo está lleno de tontos. je!

lunes, 26 de abril de 2010

En abril nieves mil

Versión del refrán castellano adaptada a Rusia por el menda, por si no me creíais os pongo alguna foto probatoria.
Cuando hice la maleta para venirme de vacaciones metí principalmente ropa de verano, pero cuando Masha me comentó que iba a hacer «algo de frío» desconfié y añadí el jersey que me regaló mi mama y una cazadora de piel... algo de frío se traduce como nevadas y heladas, el tiempo ideal para lucir las camisetas que traigo en la maleta dejando a todos los rusos pasmados de lo chulos que somos  los españoles. Pero como yo soy español de la periferia creo que dejaré las camisetas en el armario hasta que vuelva a España, todo lo contrario que el jersey de mi mamá que por seguro olerá cuando regrese a «macho español»... eso sí, de la periferia.